El mundo de los tejidos africanos es inmenso, como inmenso es el continente africano. Iremos hablando de ellos en distintas entradas a este blog.
Hoy hablaremos del kente, tejido típico de los Ashanti y los Ewe, tribus situadas en el confín entre los actuales Ghana y Togo, en África Occidental.
La realización de tejidos a tiras de colores y dibujos diferentes forma parte de la decoración producida por tejedores del mundo tribal. Se emplean telares muy pequeños para crear piezas de tejido largo y fino, que se pueden unir por los bordes para formar piezas cuadradas o rectangulares que luego se utilizan para hacer vestidos ceremoniales, colchas, alfombras y decoraciones.
Desde las estepas de Asia central hasta el Cáucaso y la parte oriental del norte de África, la tejeduría a tiras ha sido, durante más de doscientos años, la actividad doméstica más difundida entre las tribus nómadas y sedentarias, dada la rapidez con que se monta y desmonta el telar y su fácil transporte.
Este tipo de tejeduría tiene diversos nombres y usos en las tierras de los nómadas: entre las tribus afganas de los uzbekos es conocida como «ghujeri» y entre los shahsavanis y los kashgai de Persia como «jajim». No se sabe exactamente cómo esta técnica, que tiene origen en el mundo nómada del Sahara, llegó a establecerse y a refinarse entre los ewe y ashanti, donde ha alcanzado un nivel muy alto en los hábitos de ceremonia de los jefes y los ancianos de la tribu.
En los tejidos de estas dos tribus es evidente su energía creativa. La secular tradición de este tipo de tejido se inspira en la soberanía, los ceremoniales y el ambicioso deseo de opulencia. Precisamente para satisfacer estas exigencias los tejedores de las tribus ewe y ashanti crean maravillosos tejidos con combinaciones de colores y formas realmente espléndidos.
Si bien en el diseño estos tejidos tiene seguramente la influencia de las telas exportadas durante siglos desde el norte de África, Araba e India, la armadura a tiras de los ewe y los ashanti es típica de África occidental en los que atañe a los colores y la composición.
El arte de tejer el kente está permitido solo a los hombres que, en pequeños telares corredizos, tejen las apretadas tiras de algodón y seda. Después las cortan y las cosen juntas longitudinalmente para crear indumentos masculinos y femeninos parecidos a las togas. El tejido acabado es, por tanto, el producto de la habilidad del tejedor y de la ingeniosidad del artesano en su acoplamiento más o menos regular de las tiras de tejidos a fin de crear el mejor efecto posible.
El fuerte impacto de estas tiras de colores, más bien audaces, está a menudo armonizado o intensificado por los detalles de los motivos tejidos. Los colores y los motivos se combinan juntos de manera muy creativa. Y si bien el kente es un tejido muy colorido, también es extremadamente codificado: ningún color se deja al azar.
Cada color tiene un significado específico:
Blanco: símbolo de la pureza, la inocencia, la espiritualidad y la paz (psíquica, colectiva e interior). Nos recuerda cuidadosamente el carácter sagrado y divino. Sin embargo, aunque su presencia en el tejido sigue siendo minoritaria, a veces está presente en la filigrana.
Amarillo: símbolo de la opulencia, de todo lo que es valioso, la salud, la riqueza en todas sus formas -financiera, espiritual, intelectual-, la fertilidad.
Oro: símbolo de la realeza, la riqueza, el alto estatus social, la gloria, pero también de la pureza espiritual.
Negro: simboliza el luto, la oscuridad, el mal, el secreto y el misterio, pero también la madurez y la energía espiritual.
Verde: símbolo de la vida, el crecimiento, la buena salud y la armonía. También nos recuerda la vegetación, las cosechas, el crecimiento y la renovación espiritual.
Azul: símbolo de la elevación, la comunión, la humildad, la paciencia, la sabiduría, la paz, la armonía y el amor.
Gris: el color de la ceniza, simboliza los rituales de curación y purificación.
Marrón: el color de la madre tierra, representa la curación.
Rosa: símbolo de la mujer, la esencia de la vida, la calma, la suavidad.
Violeta: símbolo de la feminidad.
Rojo: símbolo del derramamiento de sangre, los ritos de sacrificio y la muerte.
Plata: color de la luna, simboliza la serenidad, la pureza y la alegría.
Los colores amarillo y dorado están muy presentes en el kente porque, al ser un tejido real, el rey que lo lleva durante los actos públicos demuestra que encarna cada una de sus virtudes, cada significado. Además, estos colores, comparables a los rayos del sol, recuerdan a la divinidad benéfica.
El negro se utiliza a menudo en las ceremonias de iniciación y purificación. Es un color ambivalente entre el oscurantismo y la elevación espiritual. Al combinar negatividad y positividad, el negro es temido y venerado a la vez. Su discreta presencia en el kente nos recuerda que los nobles son, ante todo, los guardianes del trono.
El verde nos recuerda el bosque, el nacimiento, la juventud, la humanidad. Asociado a menudo con el azul y el amarillo, completa el significado del traje de ceremonia, recordando que la riqueza y la nobleza se basan sobre todo en la humildad, la humanidad y el equilibrio.
El azul evoca el cielo y el mar, recordándonos que el rey y todos los nobles dominan perfectamente su entorno. Cuando se asocia con el amarillo, el blanco y el rojo expresa la idea de que la riqueza y el poder se basan en la espiritualidad, proporcionando así tranquilidad y equilibrio, pero también estabilidad a los poderes.
Disfrutad de las imágenes que podéis ver a continuación.
¡Hasta la próxima!
Elena F. Serrano